MUSICOTERAPIA

Musicoterapia

Desde el área de musicoterapia, el sonido, la voz, los instrumentos musicales, la música y el silencio son considerados herramientas básicas. Las mismas son ofrecidas en los encuentros, prestando utilidad para ser investidos por el paciente y manifestar de forma espontánea a través de ellas, algunos aspectos de su problemática.

Inicialmente se presentarán como objetos sólidos que comenzarán a tener importancia en la medida que el paciente pueda investirlos con algún efecto.

Se considera que la voz es el resultado del intento por recuperar una fusión con el cuerpo materno, pudiendo definirse como una prolongación multidimensional del cuerpo y como objeto simbólico que ocupa el espacio fusional entre las personas.

La música y el sonido se representan como lenguaje estructurado en base a trayectorias predecibles,  como un cierto mensaje rítmico-melódico que hace referencia a algún aspecto singular del paciente.

Los instrumentos funcionan como mediadores en el desarrollo de la relación entre paciente y musicoterapeuta, que darán lugar a la confianza y a la manifestación espontánea de la problemática del concurrente.

Las herramientas básicas adquirirán importancia en la medida que el paciente pueda investirlas con algún efecto. Estas “cargas afectivas” son las que darán sentido a las escenas que se desplieguen en cada sesión de musicoterapia.  Disponiendo de un espacio de autoafirmación, que permitirá al paciente establecer cambios en su posición subjetiva.