Estimulación temprana
La estimulación temprana o atención temprana, fomenta principalmente el desarrollo psicomotor del bebé, así como su desarrollo cognitivo, a través de actividades dónde ellos se divierten, para facilitar sus aprendizajes futuros. Esta técnica se realiza desde el nacimiento del bebé hasta los 3 años, ya que durante esta etapa establecen procesos psíquicos y se perfecciona la actividad de todos los órganos de los sentidos, en especial, los relacionados con la percepción visual y auditiva del niño, esto le permitirá reconocer y diferenciar colores, formas y sonidos que constituyen habilidades que resultarán imprescindibles en su vida posterior.
La intención es que a través de estas actividades estimulantes, el bebé, el niño o niña vaya desarrollando autonomía e independencia, así como su psicomotricidad, habilidades cognitivas, sensoriales y de lenguaje.
Se diseña un programa para el bebé, tomando en cuenta sus necesidades y entorno familiar, diagramando los objetivos que se quieren trabajar para intervenirlos y evaluar el proceso. Aunque se establezca prioridad en un área en especial, se trabajan trabajan todas.
Los objetivos del programa irán cambiando de acuerdo al desarrollo y logros del niño, con el fin de estimular su desarrollo motriz, cognitivo, emocional y social.
Al comienzo, lo primero que se busca reforzar es el vínculo emocional del bebé, siempre respetando su espacio. Posteriormente se trabajan áreas como:
- Motricidad gruesa y fina: su objetivo es que el bebé logre el control de sus músculos para que pueda coordinar sus movimientos libremente.
- Lenguaje: ayuda en la comprensión de su lenguaje para poder expresarse a través de él.
- Cognición: trabaja el intelecto del niño o niña.
- Personal y emocional: trabaja la independencia del niño o niña en actividades cotidianas como alimentarse y vestirse.
- Social: le facilita al niño o niña los elementos necesarios para desarrollarse en su entorno.